domingo, 10 de abril de 2011

El juego de la Vida (“Game of Life”; John Norton Conway, 1970), (Por Altair Ayalamih)



Me resulta hasta complicado escribir una introducción para encuadrar este curioso juego, en el que nadie pierde, nadie gana e incluso no hay ni jugadores… es más bien un juego automático (“autómata: espontáneo, con movimiento propio” que decían los griegos).

Empezaré diciendo que la misión de la Física es tratar de explicar mediante leyes y teorías todos aquellos fenómenos que observa. La “literatura” de estas leyes y teorías son, fundamentalmente, las matemáticas. Una ley, conjunto de ellas, o una teoría, será más eficiente (y elegante) cuanto más sencilla sea la formulación matemática que la explica o demuestre. Y éste, amigos y amigas, es el quid de la cuestión, el intríngulis físico-matemático, que digo yo. La mayoría de las veces es más complicado plasmar una explicación en una fórmula matemática, que entender la propia explicación.