jueves, 10 de febrero de 2011

La otra, y verdadera, Historia de la Aviación: La increíble Historia de Don Diego Marín Aguilera (Por Altair Ayalamih)


La Historia nos cuenta que fue un tal Leonardo Da Vinci, aquel célebre ingeniero, arquitecto, pintor, inventor y no sé cuantas cosas más, quien diseño el primer avión, o más bien el primer artefacto volador; bueno, en realidad diseñó varios.
La Historia también nos cuenta que fueron los célebres hermanos Wright los pioneros de la Aviación mundial, siendo los primeros en materializar el viejo sueño de la Humanidad…imitar a los pájaros. Y no me refiero a poner huevos, que eso también lo hacen los peces y los reptiles, me refiero a volar.


Dicen que la Historia es contada por los vencedores, por los conquistadores…así pues la Historia que conocemos tan sólo debe de ser una parte de la verdadera Historia. Es de suponer que caen en la condena del olvido aquellas cosas que nos hubieran contado los vencidos y aquellas cosas que nos esconden quienes les interesan que la Historia sea como hoy la conocemos.


Pero la Historia está ahí, guste o no, se oculte o disfrace. Y resulta que las máquinas de Leonardo nunca volaron y que los célebres hermanos estadounidenses no fueron los primeros humanos en volar. Si no quieres descubrir la verdadera historia de la aviación este pequeño relato termina aquí. Pero si de verdad la quieres conocer…todo empieza, hace mucho mucho tiempo, en un pueblecito de la provincia de Burgos.


Por este pueblecito ya había yo pasado unas cuantas veces, pero siempre en bicicleta y para más inri en competición, con lo que el pueblo se convertía tan sólo en un cartel de entrada y otro de salida, y entre cartel y cartel la tensión típica del paso de las vueltas ciclistas por los pueblos, sólo un objetivo: no caerte. Imposible así ver como son los pueblos, ¿verdad?

Pues ha querido así la vida que el pasado día de Nochevieja, pasase por allí con un amigo en coche (sí, en coche, por fin) y pudiera fijarme algo más en ese pueblo. Bonito, algo más que los de la zona porque se sitúa sobre un antiguo asentamiento romano, con un castillo en lo alto…pero…¿pero qué es eso?? ¡¡¡un caza de combate en el castillo!!! El pueblo en cuestión se llama Coruña del Conde. Y de allí fue nuestro protagonista.






Nuestro personaje vivió en el siglo XVIII. De familia muy humilde y se creé que de joven recibió algún tipo de educación, algo extrañísimo para aquella época. A edad temprana quedó huérfano de padre y se tuvo que echar a la espalda la responsabilidad de sacar adelante a la familia, pues era el mayor de los 8 hermanos. Nuestro amigo se hizo pastor y pasaba largas horas cuidando de las ovejas en los campos cercanos al pueblo.

Cuentan que Isaac Newton se preguntó acerca de la Fuerza de la Gravedad cuando debajo de un manzano, le cayó una de sus manzanas. Algo parecido tuvo que pensar nuestro pastorcillo al observar el vuelo de las águilas y buitres de la zona. De mente inquieta, seguramente se preguntó cómo hacían esas aves para volar de esa forma tan majestuosa.


Su curiosidad e ingenio le empezaron a llevar a las puertas de la Historia, pero él no lo sabía. Ni muchos de nosotros hasta ahora tampoco lo sabíamos.


Ideó unos cepos para atrapar a estas esquivas aves con el objeto de estudiarlas al detalle. Las plumas, las alas, su peso… Este pastor hubiera sido un gran ingeniero de nuestra época, pues ingenió un artefacto con un mecanismo que simulara el efecto de las alas de las águilas. En la construcción del artefacto volador le ayudaron su hermana y su cuñado, que era el herrero del pueblo, eso sí, en completo secreto pues no estaba bien visto por la época andar por ahí volando.


En la despejada madrugada del día de San Isidro de 1793 (día del patrón de los labradores y por tanto no trabajaban), se encaramaron a lo alto del cerro del Castillo con el engendro mecánico.

Su plan era insultantemente ambicioso e ingenuamente sencillo: despegar y volar por encima de los campos, hasta El Burgo de Osma, porque allí tenía familia y quería llegar a la hora del almuerzo, a mesa puesta, ya ves.


Y allá fue, se lanzó con fuerza, con decisión y ¿sin miedo? ladera abajo de la colina del castillo…y…sí, despegó. 




Lo hizo. Estaba volando. Por primera vez un ser humano retaba a los pájaros en su medio natural. Y pasó por encima del camino que llevaba a Peñaranda de Duero, y por encima del río, y por encima de los campos de trigo y cebada…seguía volando, lo estaba haciendo. Hasta que un perno que sujetaba una de las alas del artefacto volador cedió obligando así a nuestro pastor, ahora ya todo un piloto de pruebas, a improvisar el primer aterrizaje forzoso de la Historia de la Aviación. Cayó.

Hacia el lugar fueron corriendo su hermana y el cuñado temiendo lo peor, pero allí estaba Diego, vivo…vivo y cabreado, porque le echó la culpa al cuñado, que era lo que viene a ser hoy en día el ingeniero de mantenimiento, por el fallo del aquel perno.



Diego, a pesar del logro histórico y fenomenal trompazo, estaba decidido a llevar a cabo su plan de vuelo, pero sus familiares nunca más se lo permitieron. Casi seguro que le hubieran condenado de hereje, pues como os he dicho antes no estaba bien visto eso de ser piloto. Sin el consentimiento de Diego, y aprovechando una ausencia de éste, sus familiares destruyeron el ingenio mecánico.

Nunca más un humano volvió a volar hasta que los hermanos Wright lo hicieran, allá por 1903, y entrasen injustamente en la Historia de la Aviación como lo que ya todos conocemos.


En honor de Don Diego Marín Aguilera, al lado del castillo de su pueblo, Coruña del Conde, provincia de Burgos, se sitúa desafiante a lo que nos dice la Historia, un viejo caza de la Fuerza Aérea Española, reivindicando que sí, que de allí fue la primera persona que cumplió nuestro viejo sueño de volar.


 

5 comentarios:

  1. Esta entrada en realidad es un comentario de Altair Ayalamih en la entrada "Cajón de-sastre", pero como me parecía interesante la he publicado como una entrada aparte.

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  2. Liumeg, haces sentirme como si te estuviera robando tu propio foro hermano, así que gracias por el detalle de pasarlo a "primera plana" (hasta las fotos son muy similares a las de mi entrada original).

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  3. En efecto Elfio, un HA-200 Saeta...basado en uno de los míticos Messersmichtt alemanes...pero me da a mi que de aviones militares me das unas pocas vueltas ;)

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  4. Pues no te creas eh...
    Lo mismo no te doy tantas vueltas :p

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