miércoles, 7 de septiembre de 2011

Techo de déficit público especificado en la constitución (Por Miguel Rodríguez Baras)





Hace unos días, mi amiga Marina me mandó un email que le había enviado su hermano a una amiga explicándole un poco qué es todo esto de la reforma constitucional acerca de poner un techo al déficit. El caso es que me pareció muy interesante y le pedí permiso para ponerlo en el blog y compartirlo así con todos vosotros.

Sé que este blog lo ven al menos 5 personas que han estudiado Empresariales, Administración y Dirección de empresas y/o Economía, así que espero comentarios al respecto, particularmente de Uru, que ya he tenido alguna que otra conversación con él (quizá siempre la misma, jeje) acerca de Keynes.

Sin más, os dejo con la explicación, es un poco larga, pero muy interesante y didáctica. Espero que la disfrutéis.




Constitución. En el fondo, es una ley como tantas otras, pero con particularidades importantes. 


En este caso la particularidad clave es que para cambiar la constitución es necesario un complicado proceso, que incluye una votación en el parlamento que debe ganarse con un 60%. El referéndum es opcional, si 35 diputados (de 350, el diez por ciento) lo piden. Esto viene a significar que cuando algo está en la constitución, es difícil cambiarlo. E imposible desobedecerlo, porque todas las demás leyes y acciones gubernamentales deben estar en coherencia con la constitución; si hay un techo de gasto en la constitución, ni el parlamento puede aprobar unos presupuestos que los incumplan, ni tampoco las comunidades autónomas.Por tanto, con este tema del déficit público lo que se pretende hacer es poner lo más difícil posible a esta generación y las venideras que el estado pueda, en cualquier año concreto, gastar más de lo que recaude. El gobierno trata de prohibir por ley a cualquier gobierno venidero que recurra a endeudarse, un recurso que ha sido usado por última vez hace un par de años por este mismo gobierno. A partir de ahora será imposible, a menos que se vuelva a cambiar la constitución, cosa dudosa, porque el PP no lo permitirá jamás y ahora hasta el PSOE parece a favor de esto. Doy por explicado qué significa meter el tema del gasto público en la constitución. Pero no sé si estás familiarizada con el tema del gasto público. Es bastante complejo, pero intento esbozarlo. En los años 30, como ahora, hubo una crisis de crédito. Esto viene a significar que los bancos se metieron en temas arriesgados, les fue mal, y dejaron de prestar dinero. Al no prestar los bancos, pasaron una serie de cosas (familias que al no poder endeudarse dejaron de comprar más que lo básico, empresas que dependían de que les adelantasen fondos quebraron, empresas que dependían de las primeras empresas quebraron, otras empresas no quebraron pero al no haber crédito y/o consumo no podían crecer, etc) que en el fondo eran una sola, bajó la actividad económica. Y si baja la actividad económica, bajan los trabajadores necesitados en la sociedad y sube el paro. Y si sube el paro, baja el consumo (porque hay más gente sin dinero) y por tanto baja la actividad económica y así sucesivamente.Entonces llega un señor que se llama John Maynard Keynes y convence a su gobierno de que aplique lo que después se ha llamado keynesianismo. Esto es, si la actividad económica se desploma por culpa de falta de crédito, consumo y empleo, el gobierno dará créditos, consumirá y empleará a parados hasta que la actividad se recupere. Una vez se recupere, se irá retirando lentamente sustituido por la actividad normal de empresas, bancos y familias. La lógica es la de empujar un coche que se ha calado hasta que con la velocidad pueda arrancar y volver a andar solo. Pero claro, esta intervención en la economía le va a costar dinero al estado, un dinero que no suele tener ahorrado (se supone que no es bueno que el estado ahorre). Así que se va a endeudar. La credibilidad de un estado es alta, así que sabrá encontrar quien le preste, y cuando el coche vuelva a andar, el estado será por un tiempo prudente en su gasto hasta que haya recuperado lo que se gastó. Y todo el mundo feliz. Para esto sirve que un estado tenga la opción de endeudarse. Pero esta vez está siendo distinto. Hasta hace poco todo fue como te he descrito antes. Pero cuando estábamos en la parte de que el estado empuja el coche endeudándose (sabe dios si el coche estaba apunto de arrancar o aun le quedaba o no tenía intención de arrancar en absoluto) esa credibilidad de los estados ha empezado a romperse. Una serie de actores económicos, principalmente especuladores y sus sicarias las agencias de rating (moodys, fitch y standards, esas que suenan tanto) empezaron a decir que no estaban seguros de que los estados pudieran pagar las deudas que estaban contrayendo. Hay muchos estados con experiencia de décadas en tener pendientes deudas altísimas durante mucho tiempo y refinanciaciones infinitas sin faltar a pagos, pero se ha dicho que ahora, con la crisis sin resolver, no es lo mismo, que esta vez podría ser que no. Entonces, a ciertos estados les están dejando de prestar dinero o prestándoselo a intereses muy altos (si antes recibían 1000 prometiendo devolver 1030, ahora reciben 1000 prometiendo devolver 1100) o incluso, como Grecia, a cambio de aplicar las políticas sociales y económicas que sus prestamistas o salvadores les exigen, en la lógica de que te presto a cambio de que no gastes más de X en los temas X y X. Esto tampoco es nuevo, hace mucho que FMI y banco Mundial lo hacen con países más pobres que los actualmente afectados, creando la famosa deuda externa. Total, que los estados pueden tener problemas de dinero porque ahora los prestamistas se fían poco o nada. Así que para que los prestamistas se fíen, les presten y puedan seguir pagando a sus funcionarios, policías, médicos y etcéteras, los estados están haciendo las llamadas “medidas para calmar a los mercados”, esto es, recortes de gasto público (ojo, aquí pueden caer cosas como cargos públicos, presupuestos para fiestas populares y verbenas, gasto militar, etc, pero lo que suele caer es gasto en pensiones jubilándose a los 67, gasto en sanidad con el copago, gasto en educación con aumento de tasas universitarias, etc) para así gritar al mundo “cada vez somos capaces de gastar menos, por supuesto que podremos ahorrar para pagar nuestras deudas, mira mira cómo ahorro”. Y entonces llegamos por fin al tema del techo al déficit en la constitución, que viene a ser el estado diciendo “puedo prometer y prometo que todos los años tendré un saldo positivo o como mucho neutro, nunca negativo, así no me endeudaré (más de lo que ya estoy)”. La idea es que los mercados se lo crean, presten con normalidad, y ya el estado irá devolviendo al ritmo que vaya pudiendo. Hasta aquí el presente, lo siguiente es aventurar el futuro, y es por tanto aun más opinable que describir pasado y presente, pero sigo. 

2 comentarios:

  1. Bueno, aclarando primero que no debería estar haciendo esta pregunta porque soy de los licenciados en Empresa, he de hacerla. Siempre he pensado que en esta crisis el estado debía usar la ya mencionada teoría de Keynes de suplir la falta de consumo del público consumiendo él mismo, pero... ¿cómo se hace congruente esto con un descenso en el gasto público?

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  2. En efecto no es posible. Si se recurre al estado para relanzar la economía, el estado no puede reducir su gasto público, de hecho debe aumentarlo.

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